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domingo, 12 de julio de 2020

Jack Charlton: una jirafa convertida en leyenda del Leeds United


Aunque buena parte de su carrera estuvo marcada por la alargada sombra de su hermano, Jack Charlton acabó consiguiendo por méritos propios hacerse un hueco entre los grandes nombres del fútbol inglés. Campeón del mundo, leyenda del Leeds United y notable entrenador, la vida de Jackie se apagó a los 85 años, después de que en 2019 se le diagnosticase un linfoma y sufriese demencia.

Nacido en Ashington el 8 de mayo de 1935, Jackie fue el mayor de cuatro hermanos -Bobby, Gordon y Tommy- en el seno de una familia de larga tradición futbolera. Sus tíos eran Jack Milburn (Leeds United, Bradford City), George Milburn (Leeds United, Chesterfield), Jim Milburn (Leeds United, Bradford Park Avenue) y Stan Milburn (Leicester City); además, el legendario Jackie Milburn, futbolista del Newcastle United, era el primo de su madre.
Así no es de extrañar que el gusanillo del fútbol se le metiese pronto en el cuerpo, siendo de la mano de su madre, Cissie, con la que dio los primeros pasos. Ella era la que jugaba con sus hijos y los llevaba a ver partidos del Ashington y el Newcastle.

LOS PRIMEROS PASOS EN EL LEEDS UNITED
La carrera de Jackie en el Leeds United comenzó a los 15 años con una prueba que se realizó gracias a la recomendación de su tío Jim Milburn, en una época en la que Charlton se veía trabajando en la mina y solicitando la entrada en el cuerpo de policía. La prueba acabó siendo un éxito y Jackie entró a formar parte del equipo.

Su primer contrato profesional con el Leeds lo firmó a los 17 años auspiciado por el entrenador Raich Carter, que estuvo en el banquillo del equipo entre 1953 y 1958, y debutó el 25 de abril de 1953 contra el Doncaster Rovers. Después de aquello, se marchó dos años a realizar servicio militar en el Regimiento de Caballería, por lo que no regresó al primer equipo hasta 1955.

Fue en aquella temporada de 1995-56 cuando el Leeds consiguió el ascenso a la Primera División con una segunda plaza por detrás del Sheffield Wednesday y cuando Jackie se afianzó en el once titular del equipo, aunque bien es cierto que, un curso después, se perdería buena parte de la temporada principalmente por su tendencia a las salidas nocturnas, un hábito que dejaría de lado una vez que contrajo matrimonio con Pat Kemp en enero de 1958.
En ese año, el Leeds comienza a tener problemas en la primera categoría, jugueteando con el descenso y viendo el despido del banquillo de Raich Carter y la llegada como entrenadores de Willis Edwards, Bill Lambton o Jack Taylor, que no pudo evitar que el Leeds bajase a Segunda División.

LA LLEGADA DE DON REVIE
Jack Taylor abandona el equipo en la temporada 1960-61, y el Leeds se decide por el fichaje para el banquillo de un tal Don Revie, un tipo que cambiaría la historia del club.
En un primer momento, Revie no vio nada especial en Jackie, un muchacho al que le empezaba a pesar la comparación con su hermano Bobby, que ya se destapaba como un futbolista de leyenda en el Manchester United. De hecho, Revie tenía pensado deshacerse de Jackie en 1962, teniendo en cuenta que había ofertas sobre la mesa del Liverpool de Bill Shankly y del propio Manchester United de Matt Busby. A pesar de todo, Jackie se mantuvo en el Leeds United, renovando su contrato y trabajando duro para ganarse la confianza de Don Revie.

Es en el curso de 1962-63 cuando Revie empieza a moldear el equipo para convertirlo en lo que sería el Leeds a lo largo de la década, comenzando por apostar por una joven línea defensiva de la que formaban parte Paul Reaney, Norman Hunter, Jackie Charlton y Rod Johnson, y elevando a categoría de imprescindibles a jugadores como Johnny Giles, Billy Bremner, Paul Madeley o Peter Lorimer.
El Leeds logra el ascenso en 1964 pasando a convertirse en uno de los huesos duros de roer de la First Division y en un equipo sólido y de una gran intensidad que le valdría granjearse una mala reputación de juego duro. Su primer gran momento llegaría en la final de FA Cup de 1965 donde no pudieron evitar la derrota en la prórroga frente al Liverpool de Shankly.
En liga, el Leeds acabaría segundo por detrás del Manchester United, una posición que repetiría la siguiente temporada, aunque en aquella ocasión acabando por detrás del Liverpool.


En la temporada 1965-66, el Leeds participa por primera vez en competición europea, en aquella ocasión en la denominada Copa de Ferias, donde se midió al Torino, al Leipzig, al Valencia -donde se vivió un tenso enfrentamiento entre Jackie Charlton y el defensa Vidagany-, el Ujpest húngaro y, finalmente, el Real Zaragoza, que acabó derrotando a los ingleses 3-1 en Elland Road. Un año después, el Leeds alcanzaría la final del torneo por primera vez, perdiendo 2-0 contra el Dinamo de Zagreb.

EL ÉXITO CON LOS THREE LIONS
Pero si hay algo inolvidable en aquel año de 1966 es, sin lugar a dudas, la victoria de Inglaterra en el Mundial, un hecho histórico y exponencialmente relevante para el fútbol en el país a todos los niveles y un éxito que no ha vuelto a repetirse.
A Charlton lo llaman por primera vez a la selección con 30 años y llega al combinado de la mano de Alf Ramsey, que lo convoca para un Inglaterra-Escocia jugado el 10 de abril de 1965 que terminó con un empate a dos y en el que Jackie asistió a su hermano Bobby en el primer gol de los ingleses.

Ramsey se decidió por Jackie para completar su línea defensiva para la escuadra que participaría en el Mundial de 1966 y en la que se asentarían Ray Wilson por la izquierda, Charlton y Bobby Moore en el centro y George Cohen a la derecha, sostenidos por el portero Gordon Banks. Charlton jugaría seis de los siete partidos internacionales de preparación para el Mundial, anotando su primer gol en el 3-0 frente a Finlandia en el Olímpico de Helsinki.

En aquel inolvidable Mundial de 1966, Inglaterra abrió su participación con un empate a cero frente a Uruguay para vencer después 2-0 a México, 2-0 a Francia y 1-0 a Argentina en los cuartos de final. En semifinales, los Three Lions se llevaron la victoria 2-1 contra la Portugal de Eusebio con un doblete de Bobby Charlton. La mítica final, contra Alemania Federal, se ganó por 4-2.

Después de aquello, Charlton fue convocado para la Eurocopa de 1968, aunque no jugó ningún partido, y para el Mundial de México de 1970, en el que Ramsey se decidió finalmente por Labone y solo le dio la titularidad a Jackie en su último partido con la selección, el número 35, en la victoria 1-0 frente a Checoslovaquia.


Para entonces, Jackie Charlton se había hecho un nombre en la defensa del equipo y también en el panorama del fútbol inglés, que había sido consciente de sus virtudes. A finales de la temporada de 1966-67, Jack se hace con el premio a Futbolista del Año, un galardón que había recaído en su hermano en la edición anterior.

En el curso de 1967-68, aunque se resiste la liga, el Leeds se hace con la Copa de la Liga venciendo 1-0 al Arsenal (donde hubo protagonismo de Charlton, de quien se dijo que había empujado al portero de los Gunners en el gol) y levanta su primer trofeo europeo, consiguiendo la Copa de Ferias ganando al Ferencvaros en la final.
El éxito en el torneo liguero llega finalmente en la 1968-69, donde el Leeds solo pierde dos partidos y acaba sacándole seis puntos al Liverpool en lo que sería uno de los grandes logros del equipo de Revie y de la carrera de Charlton, que a principios de la década estaba a un paso de abandonar el equipo en el que se convertiría en una leyenda. Para entonces, Jackie ya era conocido como "La Jirafa" debido a su estatura -medía 1'91 metros- y había causado cierto revuelo y polémica por asegurar que tenía una lista negra con los nombres de jugadores que podían o le habían hecho daño con sus entradas en los partidos para tomarse después su merecida venganza.

CHARLTON EN LOS BANQUILLOS
Jackie Charlton completa su serie de trofeos domésticos con la consecución de la FA Cup de 1972 en la que vencen en Wembley 1-0 al Arsenal, el mismo equipo frente al que conquistaron la Copa de la Liga. En su camino a la final, el Leeds se encargó del Bristol Rovers, Liverpool mediante replay (0-0 y 2-0), Cardiff City, Tottenham y Birmingham en la semifinal en Hillsborough.

En la temporada de 1972-73, Charlton sufrió una lesión en las semifinales de la FA Cup frente al Wolverhampton de la que no se terminó de recuperar, lo que le llevó a anunciar su retirada tras 762 partidos con el Leeds United. Era el momento para que Charlton se convirtiese en entrenador, una parcela en la que ya había realizado diferentes cursos desde 1960.
De este modo, su primer banquillo, a los 38 años, fue el del Middlesbrough, donde llegó con una serie de peticiones bastante extravagantes para un hombre de nula experiencia dirigiendo equipos: control total de todas las facetas del club, un salario de 10.000 libras al año, un pacto entre caballeros mediante el cual no podía ser despedido y tres días libres a la semana para irse a pescar.
Charlton ascendió al Boro a la First Division en 1974, terminando al siguiente curso en una notable séptima posición que acabaría siendo una 13ª en 1976, el año en el que los directivos del club decidieron reunirse para echar a Jackie debido a su exceso de autoridad. Aún así, Charlton conservó su puesto para abandonar el Middlesbrough en 1977 después de una 12ª posición en liga y señalando que cuatro años era el tiempo adecuado en el que podían convivir los jugadores con un mismo entrenador.


Tras la marcha de Don Revie, Jackie solicitó el puesto de entrenador en la selección inglesa, pero no obtuvo respuesta, por lo que decidió marcharse al Sheffield Wednesday que entonces se encontraba en las últimas posiciones de la Tercera División.
Charlton salvó al Wednesday del descenso y acabó subiéndolo a la Second Division. Con los Owls, alcanzó la semifinal de la FA Cup, que perdió contra el Brighton y estuvo cerca de alcanzar la Primera Division, marchándose del club en 1983 para regresar al Middlesbrough como favor a Mike McCullagh, entonces presidente, y salvarlo del descenso a Tercera, objetivo que consiguió dejando al Boro en 17ª posición.

Después de aquello, Jackie llegó al Newcastle en junio de 1984, renunciando al puesto en la pretemporada de la 1985-86 para acabar firmando como seleccionador de Irlanda, su momento como entrenador por el que es más recordado.
Charlton metió a los irlandeses en la Eurocopa de 1988, de la que no pasó de la fase de grupos, donde fue eliminada junto a Inglaterra, aunque su mayor logro llegó en el Mundial de 1990.
Jackie clasificó a Irlanda a la máxima competición de selecciones tras pasar un grupo clasificatorio en el que estaban España, Hungría, Irlanda del Norte y Malta. Ya en el torneo, quedaron encuadrados en la fase de grupos junto a Inglaterra, Egipto y Holanda, accediendo a la segunda fase como segundos clasificados. Derrotaron a Rumanía en los octavos de final para caer finalmente 1-0 en cuartos frente a Italia.

Después de aquello llegaron la Eurocopa de 1992, en la que no entraron, el Mundial de 1994, donde perdieron en octavos de final frente a Holanda, y la Eurocopa de 1996, a la que tampoco se clasificaron. Fue precisamente en ese torneo, tras un partido que perdieron frente a Holanda con un doblete de Patrick Kluivert, cuando Jackie Charlton anunció su retirada.

martes, 25 de febrero de 2020

Derek Dooley: entre los dos equipos de Sheffield


Derek Dooley nació el 13 de diciembre de 1929 en Pitsmoor, en Sheffield, la ciudad a la que estaría ligado prácticamente toda su vida. Comenzó a jugar para el Sheffield YMCA donde se empeñó, contrariando a su entrenador, en jugar como delantero, la posición que como se vería más adelante, le venía como anillo al dedo. 

Dooley fichó por el Lincoln City en 1946, jugando primero en el filial durante dos temporadas, donde fue el máximo goleador y en ese tiempo jugó dos partidos con el primer equipo, anotando un gol en cada uno de ellos. Fue el momento en el que el Lincoln City decidió mejorarle el contrato para que pasase a formar parte activa del primer equipo pero Dooley decidió ayudar a su antiguo club, el Sheffield YMCA en la final del campeonato de la Northern Counties. Fue esa final precisamente la que hizo que Tommy Walker, un famoso scout de la época, se fijase en él para el Sheffield Wednesday y, unos días después, una simple reunión con Eric Taylor, entonces el entrenador de los Owls, bastó para que Dooley estampase su firma en un contrato.

En cuatro años Dooley marcó 55 goles en 38 apariciones con el tercer equipo del Wednesday y 37 goles en 49 apariciones con el filial, incluyendo ocho tantos en un mismo partido. La oportunidad con el primer equipo le llegó en marzo de 1950 contra el Preston North End y, a pesar de lo que había destacado en las categorías inferiores, no logró impresionar demasiado en su debut.
Aquella temporada de 1950-51 llevó al Wednesday a segunda división y la siguiente temporada tendría un pésimo arranque en el que solo lograría tres victorias en sus diez primeros encuentro, aunque acabaría enderezando el rumbo. 

Fue el momento en el que Dooley regresó al primer equipo, dispuesto a desquitarse de un debut no muy positivo. Fue contra el Barnsley y anotó los dos goles que le dieron la victoria al Wednesday. A partir de ahí, Derek hizo gala de su gran olfato de cara a puerta, convirtiéndose en uno de los goleadores más prolíficos en la historia del Sheffield Wednesday.
En 9 partidos llegó a anotar 22 goles, alcanzando en su primera temporada en el primer equipo los 46 goles, un récord que todavía se mantiene y que sobrepasaba el anterior récord de 37 goles que tenía Jimmy Trotter. Aquella temporada, a pesar del pésimo arranque, terminó con el Wednesday ascendiendo a la primera división.

Para la temporada 1952-53, Dooley alcanzó la muy respetable cifra de 16 goles en 24 partidos, pero su trayectoria guarda un giro dramático que hizo que su carrera como futbolista se truncase abruptamente el 14 de febrero de 1953, cuando sufrió un severo golpe en Deepdale contra el portero del Preston George Thompson y se rompió la pierna.
Las radiografías que se le realizaron indicaron que sufría una doble fractura de tibia y peroné y pasó por el quirófano. Ocurrió que un par de días después de la operación, una enfermera notó que Dooley no reaccionaba cuando se le tocaban los pies y enseguida se señaló que había perdido sensibilidad. Tuvieron que explorarlo detenidamente y descubrieron que se le había iniciado una gangrena para la que solo existía un remedio: amputarle la pierna. Entonces se rumoreaba que la gangrena se había desarrollado por una infección provocada por los productos con los que se pintaban las rayas del campo. 


Retirado como futbolista, Dooley se convirtió en entrenador del Sheffield Wednesday ya en enero de 1971, con el equipo en la parte baja de la tabla de la segunda división y terminando con una decimoquinta plaza que servía para salvarlos del descenso. Dooley ocuparía el banquillo del Wednesday hasta el 24 de diciembre de 1973, momento en el que hubo un cambio en la directiva y las nuevas figuras en la presidencia del club decidieron cesarlo. Dooley consideró que no le trataron con el respeto que merecía y, de hecho, pasarían 20 años hasta que el prolífico goleador volviese a poner un pie en el estadio de Hillsborough. 


Curiosamente, tras ser despedido del Wednesday, Dooley aceptó un puesto como manager comercial en el Sheffield United, el gran rival del Sheffield Wednesday, del que pasaría después a director ejecutivo del club y a ser socio fundador del Senior Blades Club junto a George McCabe.
Aunque se retiró como director ejecutivo del Sheffield United en 1996, se vio en la obligación de regresar tres años después, momento en el que los Blades pasaban por un duro bache, con una deuda superior a cuatro millones de libras y en las posiciones de descenso de la tabla de la segunda división. Dooley volvió para hacerse cargo del equipo como presidente y durante su mandato, el Sheffield United regresó a la Premier League tras doce años de ausencia. Fue en abril de 2006, con el equipo celebrando el ascenso cuando Dooley anunció su renuncia como presidente para degradarse a vicepresidente. Unos cuantos años antes, en 1992, y tras haberse negado en repetidas ocasiones, Derek Dooley aceptó finalmente la invitación al palco de Hillsborough para presenciar el derby entre el Sheffield Wednesday y el Sheffield United y recibió una sonora ovación por parte de la hinchada de los dos equipos.

martes, 19 de noviembre de 2019

Fred Spiksley: el futbolista que actuó junto a Charlie Chaplin


Fred Spiksley fue un relevante jugador y entrenador, ya bastante olvidado, que pasó gran parte de su carrera jugando en el Sheffield Wednesday y posteriormente entrenando alrededor del mundo pero que, además, tiene algunos pasajes bastante interesantes más allá del fútbol, ya que durante su vida fue un apostador compulsivo, un mujeriego, actor de teatro y prisionero de guerra.

Spiksley nació en Gainsborough, en Lincolnshire, allá por 1870 y fue en el Gainsborough Trinity, el equipo de la zona, donde comenzó a destacar como un notable futbolista. Tenía un talento sobresaliente, era muy fino en el regate, con un centro muy preciso, una gran capacidad goleadora y, además, era un tipo rapidísimo, como se encargó de señalar Billy Bassett, uno de sus compañeros, quien dijo de él que era "el hombre más rápido en el mundo del fútbol".

En el Gainsborough Trinity Spiksley dejó una marca de 131 goles en 126 partidos, lo que llevó a que Ernest Needham se fijase en él para el Sheffield Wednesday, equipo al que llegó en 1891, cuando todavía era conocido simplemente como The Wednesday. Por entonces era otro equipo más de la non-league para terminar siendo, con Spiksley en sus filas, líder y campeón de la First Division y campeón de la FA Cup por primera vez en su historia. De hecho, Spiksley marcó un doblete en la final de 1896 al Wolverhampton y el primero de sus goles llegó a los 20 segundos, siendo uno de los más rápidos anotados en la final del torneo. 


A pesar de su éxito en el Sheffield Wednesday, su carrera en la selección inglesa fue mucho más corta, con solo siete internacionalidades, pero que le sirvieron para ser el primer jugador en anotar dos hat-tricks en sus dos primeros encuentros.

Ocurrió que el talento de Spiksley debía ser frenado en el campo como se frenaban las cosas por aquella época, es decir, con dureza, y aquello llevó a Fred a sufrir varias lesiones y abandonar definitivamente el Wednesday, pasando después cortos periodos de tiempo en el Leeds City, Glossop North End, Southern United y Watford hasta su retirada definitiva. Su marcha de los terrenos de juego se debió a que nunca se recuperó de una lesión de rodilla que sufrió tras una dura entrada en un partido de pretemporada en 1903, año en el que abandonó el Wednesday. Curiosamente, esta lesión fue la que, en cierta medida, acabaría salvándole la vida.

Una vez que dejó el fútbol Spiksley comenzó una breve etapa como actor, primero poniendo todas las habilidades de las que era capaz con un balón al servicio del circo y, posteriormente, trabajando para el empresario teatral Fred Karno, uno de los grandes nombres de la comedia en Inglaterra en aquella época y que se dedicaba a pulir el género del slapstick, que era lo que estaba de moda. 

Spiksley trabajó en una obra humorística que se llamaba The Football Match y que contaba la historia de un partido de copa entre el Midnight Wanderers y el Middleton Pie-Cans. Lo hizo al lado de un jovencísimo Charles Spencer, que también debutaba en la compañía de Fred Karno y que posteriormente se convertiría en una de las grandes estrellas de la historia del cine bajo el nombre de Charlie Chaplin. Como curiosidad, en aquella obra Charles Spencer (Charlie Chaplin) tenía como sustituto a otro joven llamado Arthur Stanley Jefferson y que sería conocido más adelante como Stan Laurel. Aquel chico comenzó a trabajar junto a Oliver Hardy, dando lugar a la pareja Laurel y Hardy y que por España se conocerían como el Gordo y el Flaco.

La carrera como actor de Fred Spiksley no dio para mucho más y no tardó en lanzarse a entrenar, algo que ya había intentado con anterioridad aunque nunca fue llamado para cubrir los puestos de manager del QPR o el Tottenham. Lo qu hizo fue aprovechar el crecimiento del fútbol alrededor del mundo y comenzar a viajar, moviéndose a través de Suecia, Alemania, Francia, Suiza, Bélgica, España, Estados Unidos, Perú y México. Donde tuvo un mayor impacto como entrenador fue en Suecia. Allí sus conocimientos hicieron mella en el equipo nacional y allí consiguió un título de liga en 1911 a los mandos del AIK de Estocolmo, equipo al que solemos referirnos como AIK Solna. Aquel éxito lo repetiría 17 años después al frente del Nuremberg en Alemania.

 
Cuando estalla la Primera Guerra Mundial, en 1914, Spiksley se encuentra precisamente en Nuremberg, donde es encarcelado debido a un decreto que exigía la prisión para cualquier extranjero con edades comprendidas entre los 17 y los 45 años. Por entonces, Fred contaba con 44 años, cerca de cumplir los 45, pero no pudo evitar ser encarcelado en condiciones bastante duras. Fue su mujer, Ellen, quien movió varios hilos y consiguió su liberación, aceptando un traslado a la ciudad de Lindau, cerca de Suiza. Aún así a Spiksley no se le permitió salir de Alemania hasta que un tribunal médico de carácter militar lo evaluase para confirmar que estaba incapacitado para servir en el frente. Fue entonces cuando Spiksley pudo aprovechar su vieja lesión de rodilla. Fred sabía que podía dislocársela aplicando agua caliente sobre ella, y eso fue lo que hizo la mañana del examen: aplicar durante dos horas agua caliente sobre su rodilla para que, a la hora de correr, acabara dislocada. Los médicos alemanes vieron lo que le ocurría y le sellaron el certificado que le permitió abandonar Alemania.

De regreso a Inglaterra, Spiksley comenzó a trabajar en una fábrica de munición en Sheffield antes de retomar su carrera de entrenador. Pasó por varios equipos de España y México y también estuvo al frente del equipo escolar de la Edward VII School. Pero para entonces Spiksley ya tenía un problema bastante serio con el juego. Concretamente con las apuestas en las carreras de caballos. 
En sus primeros años ganaba dinero frecuentemente con el vicio, algunas cantidades bastante notables, pero, con el tiempo, fue perdiendo más de lo que se metía en el bolsillo y aquello derivó en grandes deudas, juicios y, finalmente, la bancarrota, a la que siguió su divorcio cuando Ellen descubrió que Spiksley le era infiel asiduamente. 

La muerte de Spiksley puede ser un certero resumen de sus últimos años. Murió solo, rodeado de desconocidos, a los 78 años en 1948, durante una carrera de caballos en Goodwood a la que había acudido a apostar. La causa de la muerte fue un infarto y encontraron en su mano un boleto de apuestas ganador.

martes, 6 de febrero de 2018

Steve Bloomer: de Derby a Guipúzkoa



Nacido al calor y los golpes de metal de la forja, el pequeño Bloomer iba para herrero. O al menos así lo intuyó su padre cuando con 12 años lo metió de aprendiz con el objetivo de que Steve desarrollase una buena musculatura. Pero el fútbol, todavía en un lento proceso de desarrollo, se cruzó en su camino y el chaval fue a despuntar en la escena balompédica de Derbyshire con el equipo de St. Chad's, en un partido contra el St. Luke's, en el que el conjunto de Bloomer cayó por un estrepitoso 15-0. A pesar de la humillación, había algo en Steve que auguraba una estrella de época. Y así fue. 

OLFATO DE GOL
La capacidad goleadora de Bloomer quedó latente en sus primeras apariciones por los terrenos de juego de la zona de Derby. Entre el St. Chad's, el Tutbury Hawthorn y el Derby Swifts, se labró una sobrada reputación de delantero letal. Un chico con el gol entre ceja y ceja que había llegado a anotar 14 goles en un partido no era algo que se viese todos los días.

No es de extrañar que John Goodall, una de las notables figuras del Derby de la época, le echase el ojo al joven y señalase el prometedor futuro que se dibujaba en los Rams con un delantero con esa categoría y hambre de gol. Así, se convirtió en su mentor y el joven dejó la herrería donde lo había metido su padre para fichar por el Derby County en 1892. Goodall, que acostumbraba a tener buen ojo para el talento, había vuelto a dar en el clavo. Steve debutó marcando cuatro goles en un amistoso contra el Darley Dale.

Por entonces, la Football League llevaba tan solo cuatro años en marcha y la legalización del profesionalismo, tres. En mitad de la liberación que suponía poder pagar a un jugador, el County lucía orgulloso la incorporación de Bloomer a su plantilla, señalando que Inglaterra estaba cerca de ver a uno de los grandes jugadores de todos los tiempos. Y así fue. Habilidoso, listo, oportunista y con un certero disparo con ambas piernas, Steve Bloomer hizo estragos en las zagas de los rivales con una facilidad pasmosa. Su idilio con el gol fascinaba a la grada, que no podía creer la maravillosa efectividad del muchacho, y frustraba a sus contrincantes, que se veían incapaces de detener a aquella máquina goleadora. Sus imponentes cifras hicieron que se ganara el apodo de "El Ángel Destructor". 

DERBY, INGLATERRA Y MIDDLESBROUGH
El Derby salió subcampeón de liga en 1896, después de una dura pugna por el título con el Aston Villa a lo largo de toda la temporada. Bloomer terminó como goleador del torneo con 22 dianas, número que mejoraría el siguiente curso, firmando 24 tantos. En las posteriores ediciones del torneo, aunque el County oscilaría entre la tercera plaza y mitad de la tabla, su "Ángel Destructor" coparía los primeros puestos de anotadores. Bloomer fue el máximo goleador de la First Division en cinco ocasiones: 1896 (junto a John Campbell del Aston Villa), 1897, 1899, 1901 y 1904. Mientras perforaba la red, el Derby County buscaba la gloria en la élite, bien a través de la liga, bien a través de la FA Cup, mientras se aclimataba al Baseball Ground y forjaba la leyenda de su maldición.

Steve Bloomer con la selección inglesa (1901)

Para 1895, Bloomer había debutado con Inglaterra un 3 de marzo de la mejor forma que sabía hacerlo: con un doblete en la victoria 9-0 contra Irlanda. Como todo el mundo esperaba hizo gala de su capacidad goleadora durante el tiempo que pasó por la selección, un total de 23 partidos donde anotó 28 goles y donde dejó algunos números para la historia de los Three Lions. Fue, por ejemplo, el primero jugador en anotar en sus 10 primeras apariciones, el primer jugador en anotar dos hat-tricks y el primero en anotar cuatro goles en un partido, algo que hizo, además, en dos ocasiones. 

Tras haber llevado al Derby County a un subcampeonato de liga y tres finales de la FA Cup (1898, 1899 y 1903, todas perdidas), Bloomer decidió, con 32 años, marcharse al Middlesbrough. Había jugado 376 partidos con los Rams donde anotó 240 goles y muchas fueron las voces que se alzaron para señalar que aquel jugador ya había dado todo lo que tenía. Se equivocaron, claro.

El Boro pagó por Bloomer £750, en una política de fichajes que les había llevado a hacerse con los servicios de Fred Pentland (que luego entrenaría a Racing de Santander, Atlético de Madrid y Athletic) o Alf Common, el primer jugador por el que se pagaron £1000. Bloomer no perdió un ápice de las cualidades que le habían llevado a ganarse el apodo de "Ángel Destructor" y terminó como máximo goleador del Middlesbrough en la 1906/07, con 20 tantos, y en la 1907/08, con 12. El club acabaría 11º en la tabla en su primera temporada y mejoraría en la segunda, donde alcanzaría la 6ª posición, pero después volvería a perder fuelle. En total, Steve Bloomer jugaría 125 partidos con el Middlesbrough en los que vería puerta en 59 ocasiones y se mantendría en el club hasta la temporada 1909/10, curso en el que el equipo acabó 17º. Para entonces, el Derby County había comenzado su particular travesía por el desierto y descendía a Segunda División en 1908. Se mantendría en la categoría de plata hasta 1912, dos años después del regreso de Bloomer que, con su facilidad para alojar el balón en la red, devolvía a los Rams a la First Division. Tenía 37 años.

RUHLEBEN
En 1914, Steve Bloomer comprendió que había llegado la hora de la retirada y colgó las botas. Almacenó en sus piernas 598 partidos en los que celebró 392 goles. En sus planes inmediatos se instaló la idea de pasar al banquillo como entrenador. Convencido de su nuevo reto, en julio pone rumbo a Alemania para entrenar al Britannia Berlin 92 (luego Berliner SV 1892), pero a las tres semanas de su llegada estalla la Primera Guerra Mundial.  
El "Ángel Destructor" fue hecho prisionero y llevado a Ruhleben, un campo de detención civil situado al oeste de Berlín. En el lugar, junto con importantes nombres de la cultura, también se encerró a futbolistas y profesionales de otras disciplinas deportivas. Bloomer se encontró en Ruhleben con Fred Pentland, que había viajado a Berlín para hacerse cargo del equipo de fútbol olímpico alemán; Fred Spiksley, ex-delantero del Sheffield Wednesday y que llevaba un par de años en Alemania entrenando al TSV 1860 Munich y al 1.FC Nürnberg; y a Sam Wolstenhome, antiguo compañero de selección y que se encontraba en la capital para hacerse cargo de un once representativo de la Asociación de Fútbol del norte de Alemania. 

Junto a John Cameron, otro prisionero escocés que había militado en las filas del Everton como delantero, Pentland se puso al frente de la Asociación de Fútbol de Ruhleben, que organizó un tornero de liga y otro de copa donde los equipos que se montaron tomaron nombres de clubes ya establecidos como Oldham Athletic o Tottenham. Por supuesto, también se arreglaron encuentros internacionales en los que Bloomer capitaneó en varias ocasiones al combinado inglés. 

Equipo de prisioneros en el campo de Ruhleben


Así, mientras el mundo se desangraba en los campos de batalla, la poca alegría que llegaba a los internos del campo de prisioneros alemán lo hacía a través del balón. Los datos contrastados de la época habla de que los partidos importantes llegaban a reunir a cerca de 1.000 espectadores. Junto al fútbol, otras disciplinas como el cricket o el boxeo también tenían su espacio y eran muy seguidas. 
Ruhleben, que llegó a reunir a más de 5.500 prisioneros, la mayoría de ellos británicos, comenzó a ser liberado hacia marzo de 1918. De entre los futbolistas que dieron forma a la Asociación de Fútbol del campo, todos salieron decididos a continuar con los planes que la Gran Guerra había truncado. Tres de ellos acabarían en España.

Tras su paso por el equipo olímpico francés, al que llevó a semifinales, Pentland puso los pies en Santander para entrenar al Racing en 1920. Después de unos años de inactividad, Sam Wolstenholme se sentó en el banquillo del Gimnástica Torrelavega en 1924, convirtiéndose en el primer entrenador de la historia del club. ¿Y Bloomer? El bueno de Steve marchó a Amsterdam a hacerse cargo del Blauw-Wit Amsterdam, un club local holandés que se había fundado en 1902 y que no entraría en el profesionalismo hasta la década de los 50. En 1923 aceptaba una oferta que llegaba de España y viajaba a Guipuzkoa. Su próxima parada era el banquillo del Real Unión de Irún.

TXURIBELTZAK
El profesionalismo en el fútbol español se legalizaba en 1925. Inspirados en el modelo inglés y con el impulso de José María Acha, presidente del Arenas de Getxo, se daba luz verde al proyecto para conformar una liga de fútbol. Mientras se llegaban a acuerdos para el formato del torneo, se venía disputando desde 1903 una Copa del Rey bajo el nombre genérico de Campeonato de España.

Cuando Bloomer llegó al banquillo del Real Unión se encontró con un equipo potente. El club andaba a principios de la década de los 20 en un mano a mano con la Real Sociedad en disputa por la hegemonía del campeonato de Guipuzkoa, torneo que daba la clasificación para el Campeonato de España. El Real Unión se encargaba del Real Madrid en las semifinales de Copa de 1922 y se plantaba en la final, donde el Barcelona (entrenado por Jack Greenwell, otro inglés que poco después marcharía al RCD Espanyol) no tenía piedad de ellos y se llevaba el título tras vencer por 5-1.

El Real Unión en la final de Copa de 1924

Al año siguiente la Real Sociedad impedía que el Real Unión revalidase su título de campeón de Guipuzkoa y lo dejaba fuera de la Copa. Tendría que esperar hasta 1923.
La etapa de Bloomer en el Real Unión fue corta pero intensa. El Campeonato Regional terminaba en manos de los irundarras, que dejaban atrás a la Real Sociedad y al C.D. Esperanza. Con la clasificación de Copa en la mano, el equipo se preparó a conciencia para ir eliminando a los rivales que salían a su paso.
Fue primero el Sevilla en cuartos de final y después el 6-1 al Barcelona en el partido de desempate de semifinales. El 24 de mayo de 1924 el conjunto de Steve Bloomer se presentaba en el Estadio de Atocha, en San Sebastián, para medirse al Real Madrid en la gran final. El once que saltó al campo en aquel histórico día y que supondría su segundo título copero (el primero caía en 1919, también frente al Real Madrid) se sigue recitando hoy de memoria: Emery II, Manuel Anatol, Berges, Francisco Gamborena, René Petit, Eguiazábal, Echeveste (autor del único gol del partido), Vázquez, Errazquin, Matías y Azurza.

STEVE BLOOMER ESTÁ OBSERVANDO
Al año siguiente de alcanzar el título con el Real Unión, Bloomer regresó a Inglaterra para sentarse en el banquillo del Derby County, que se encontraba de nuevo en el pozo de la Second Division. En 1926, los Rams acababan segundos en la tabla y regresaban a Primera, donde se mantendrían hasta la suspensión del campeonato de liga debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Pero ya contarían con Bloomer.

El "Ángel Destructor" falleció un 16 de abril de 1938 a los 64 años de edad. Para entonces,  ya era una leyenda tanto para el County como para el Real Unión. El 21 de enero de 2017, irundarras y Rams establecieron el Steve Bloomer Day, un encuentro amistoso anual en homenaje al jugador y entrenador.

Su legado se extiende al ámbito musical. En noviembre de 1966, Mark Tewson y Martyn Miller, dos hinchas del Derby, habían escuchado Up There Cazaly, una antigua canción de fútbol australiano. En un alarde creativo, decidieron reescribir la letra de aquella especie de himno. La versión definitiva de su canción sonó por primera vez en el Boxing Day de 1997, en el que los Rams ganaban 1-0 al Newcastle. El Derby County decidió adoptar el tema de aquellos dos hinchas como himno oficial del club. Se tituló Steve Bloomer's Watchin'