Derek Dooley nació el 13 de diciembre
de 1929 en Pitsmoor, en Sheffield, la ciudad a la que estaría ligado
prácticamente toda su vida. Comenzó a jugar para el Sheffield YMCA
donde se empeñó, contrariando a su entrenador, en jugar como
delantero, la posición que como se vería más adelante, le venía
como anillo al dedo.
Dooley fichó por el Lincoln City en
1946, jugando primero en el filial durante dos temporadas, donde fue
el máximo goleador y en ese tiempo jugó dos partidos con el primer
equipo, anotando un gol en cada uno de ellos. Fue el momento en el
que el Lincoln City decidió mejorarle el contrato para que pasase a
formar parte activa del primer equipo pero Dooley decidió ayudar a su
antiguo club, el Sheffield YMCA en la final del campeonato de la
Northern Counties. Fue esa final precisamente la que hizo que Tommy
Walker, un famoso scout de la época, se fijase en él para el
Sheffield Wednesday y, unos días después, una simple reunión con
Eric Taylor, entonces el entrenador de los Owls, bastó para que
Dooley estampase su firma en un contrato.
En cuatro años Dooley marcó 55 goles
en 38 apariciones con el tercer equipo del Wednesday y 37 goles en 49
apariciones con el filial, incluyendo ocho tantos en un mismo
partido. La oportunidad con el primer equipo le llegó en marzo de
1950 contra el Preston North End y, a pesar de lo que había
destacado en las categorías inferiores, no logró impresionar
demasiado en su debut.
Aquella temporada de 1950-51 llevó al
Wednesday a segunda división y la siguiente temporada tendría un pésimo arranque en el que solo lograría tres victorias
en sus diez primeros encuentro, aunque acabaría enderezando el rumbo.
Fue el momento en el que Dooley regresó
al primer equipo, dispuesto a desquitarse de un debut no muy
positivo. Fue contra el Barnsley y anotó los dos goles que le dieron la victoria al Wednesday. A partir de ahí, Derek hizo gala de
su gran olfato de cara a puerta, convirtiéndose en uno de los
goleadores más prolíficos en la historia del Sheffield Wednesday.
En 9 partidos llegó a anotar 22 goles,
alcanzando en su primera temporada en el primer equipo los 46 goles,
un récord que todavía se mantiene y que sobrepasaba el anterior
récord de 37 goles que tenía Jimmy Trotter. Aquella temporada, a
pesar del pésimo arranque, terminó con el Wednesday ascendiendo a
la primera división.
Para la temporada 1952-53, Dooley
alcanzó la muy respetable cifra de 16 goles en 24 partidos, pero su trayectoria guarda un giro
dramático que hizo que su carrera como futbolista se truncase
abruptamente el 14 de febrero de 1953, cuando sufrió un severo golpe
en Deepdale contra el portero del Preston George Thompson y se rompió
la pierna.
Las radiografías que se le realizaron
indicaron que sufría una doble fractura de tibia y peroné y pasó por el quirófano. Ocurrió que un par de días después de la
operación, una enfermera notó que Dooley no reaccionaba cuando se le
tocaban los pies y enseguida se señaló que había perdido
sensibilidad. Tuvieron que explorarlo detenidamente y descubrieron
que se le había iniciado una gangrena para la que solo existía un
remedio: amputarle la pierna. Entonces se rumoreaba que la gangrena
se había desarrollado por una infección provocada por los productos
con los que se pintaban las rayas del campo.
Retirado como futbolista, Dooley se
convirtió en entrenador del Sheffield Wednesday ya en enero de 1971,
con el equipo en la parte baja de la tabla de la segunda división y terminando con una decimoquinta plaza que servía para salvarlos
del descenso. Dooley ocuparía el banquillo del Wednesday hasta el 24
de diciembre de 1973, momento en el que hubo un cambio en la
directiva y las nuevas figuras en la presidencia del club decidieron
cesarlo. Dooley consideró que no le trataron con el respeto que
merecía y, de hecho, pasarían 20 años hasta que el prolífico
goleador volviese a poner un pie en el estadio de Hillsborough.
Curiosamente, tras ser despedido del
Wednesday, Dooley aceptó un puesto como manager comercial en el
Sheffield United, el gran rival del Sheffield Wednesday, del que pasaría después a director ejecutivo del
club y a ser socio fundador del Senior Blades Club junto a George
McCabe.
Aunque se retiró como director
ejecutivo del Sheffield United en 1996, se vio en la obligación de
regresar tres años después, momento en el que los Blades pasaban
por un duro bache, con una deuda superior a cuatro millones de libras
y en las posiciones de descenso de la tabla de la segunda división.
Dooley volvió para hacerse cargo del equipo como presidente y durante
su mandato, el Sheffield United regresó a la Premier League tras
doce años de ausencia. Fue en abril de 2006, con el equipo
celebrando el ascenso cuando Dooley anunció su renuncia como
presidente para degradarse a vicepresidente. Unos cuantos años
antes, en 1992, y tras haberse negado en repetidas ocasiones, Derek
Dooley aceptó finalmente la invitación al palco de Hillsborough para
presenciar el derby entre el Sheffield Wednesday y el Sheffield United y recibió una
sonora ovación por parte de la hinchada de los dos equipos.
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