Mostrando entradas con la etiqueta Primera Guerra Mundial. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Primera Guerra Mundial. Mostrar todas las entradas

jueves, 8 de octubre de 2020

Fred Keenor: soldado y leyenda del Cardiff

 

El defensa galés sigue estando considerado como uno de los mejores jugadores que ha pasado por las filas del Cardiff City y acumuló más de 500 partidos en sus botas repartidos en 25 años. En su trayectoria se mezcló el tesón futbolístico con la participación en la Gran Guerra, donde estuvo a punto de perder una pierna. Afortunadamente, el conflicto bélico no le impidió regresar al club de su vida para auparlo a lo más alto de la historia copera inglesa.

Frederick Charles Keenor nació en Cardiff, Gales, el 31 de julio de 1894 y fue uno de los 11 hijos de Robert y Mary Keenor, un matrimonio de clase obrera que vivía en un suburbio de Roath.

Fred comenzó en el fútbol como muchas de las figuras de la época. Habiendo destacado en el equipo escolar de Adams Down, uno de sus profesores le propuso acudir a una prueba para entrar en el Cardiff en 1912 y, por supuesto, Fred la pasó, consiguiendo un contrato amateur con el club a los 17 años.

Un año después logró su primer contrato como profesional, aunque a pesar de cobrar 10 chelines semanales siguió trabajando como albañil porque, según sus palabras, recibir dos sueldos le hacía sentirse como un millonario.

Su debut oficial en partido de competición se produjo el 6 de diciembre de 1913 en la First Division contra el Exeter City, un encuentro que terminó con empate a uno. No sería hasta la temporada 1914-15 cuando Keenor se convirtió en un habitual en las alineaciones del Cardiff. Pero 1914 no fue precisamente un año bueno para nadie, ya que el 28 de julio había estallado la Primera Guerra Mundial. La temporada de 1914-15 fue la última antes de que el fútbol se suspendiese debido al conflicto bélico y el Cardiff finalizó tercero en la tabla de la First Division, aunque con unos graves problemas económicos que arrastraron durante un tiempo.

 

En 1915, varios periódicos locales se habían unido en un frente crítico contra el Cardiff, acusando al club de no haber participado lo suficiente en el denominado "esfuerzo de guerra". De hecho, el periódico Western Mail se negó durante un tiempo a realizar crónicas de los partidos del Cardiff.

Uno de los jugadores que menos críticas recibió fue Keenor, quien se consideraba un auténtico patriota. De hecho, se alistó en el ejército en febrero de 1915, cuando estaba en un plano ascendente futbolísticamente hablando.

Fred se unió al 17º Batallón de Middlesex, una unidad militar que fue popularmente conocida como el Batallón del Fútbol o el Batallón de los Futbolistas.

En el ejército se pudo ver que Keenor no era el mejor soldado con el rifle, siendo descrito por su sargento mayor como "el peor tirador que he visto en mi extensa carrera militar". Aún así, viajó con el resto del Batallón a Francia y se vio envuelto en la Batalla del Somme, una de las más sangrientas del conflicto.

En Somme fue donde Keenor resultó gravemente herido por fuego de artillería en su pierna izquierda, lo que le dejó prácticamente sin caminar durante bastante tiempo. La herida era tan grave que los médicos que le atendieron en primer lugar consideraron amputarle la pierna, aunque finalmente no lo hicieron.

Del Frente del Oeste fue trasladado a un hospital militar de Dublín donde pasó más de seis meses de rehabilitación. Después de aquello, su labor militar se redujo a instructor físico en la 5ª Brigada de la Reserva.

A pesar de su herida de guerra y de las numerosas recomendaciones que le aconsejaban no volver a patear un balón, Keenor regresó al fútbol, un deporte que no había abandonado del todo ya que durante los primeros años del conflicto bélico participó como invitado en el Brentford en el torneo no oficial denominado London Combination. 

En agosto de 1919 se reincorporó al Cardiff y vivió algunos de los años más gloriosos del club: el primer tour europeo por Austria y Alemania, el subcampeonato liguero de 1924, pero sobre todo la hazaña copera.

El Cardiff alcanzó la final de FA Cup de 1925, todo un logro, que perdieron en Wembley por un gol a cero contra el Sheffield United. En 1927, el club volvería a Wembley para jugar una final de FA Cup. En aquella ocasión, el Cardiff se enfrentó al Arsenal de Herbert Chapman y ganó 1-0 con un gol de Hughie Ferguson con Fred Keenor como capitán. El capitán del primer y único equipo no inglés que hasta la fecha ha levantado la FA Cup.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Historia del campeonato de liga: Primera Guerra Mundial (1914-1918)


La temporada 1914-15 fue la última que se jugó en Inglaterra antes de la suspensión por la Primera Guerra Mundial, conflictó que arrancó el 28 de julio de 1914 y se extendería hasta el 11 de noviembre de 1918, fecha en la que Alemania firma el armisticio de Compiègne. 
En aquella ocasión, el Everton salió campeón con 45 puntos, uno por encima del Oldham Athletic, el Derby County terminó líder de la Second Division y el Sheffield United se hizo con la FA Cup tras ganar 3-0 al Chelsea en Old Trafford.  

En un ambiente viciado por permitir que continuase la competición liguera a pesar del estallido del conflicto, Inglaterra viviría un último escándalo futbolístico el 2 de abril de 1915 antes de suspender definitivamente todos los torneos. Sería una mancha en el historial de la Football League antes del punto y seguido de la Gran Guerra, que tendría un suceso muy similar casi 50 años después y que, a pesar de todo, cuando la liga retomó su actividad hacia 1919, parecía no haber existido. 

EL ESCÁNDALO DE LAS APUESTAS
El 2 de abril de 1915, Manchester United y Liverpool medían fuerzas en Old Trafford. Los Red Devils luchaban entonces por evitar el descenso, mientras que los Reds se paseaban por mitad de la tabla. 
En un mundo ya muy tocado por el conflicto bélico y con la seguridad, confirmada en marzo, de que la Football League suspendería sus actividades al acabar la temporada, hubo muchos que pensaron que era el mejor momento para sacar algo de dinero con las apuestas. Era el caldo de cultivo perfecto para arriesgarse. Un buen puñado de jugadores tenían claro que, una vez finiquitada la temporada, aquel podía ser el final de sus carreras (sobre todo si marchaban a las trincheras). Además, creyeron que el partido no tendría un seguimiento masivo tal y como estaban las cosas. Se equivocaron. 

El partido terminó 2-0 para el Manchester United con un doblete de George Anderson y una actitud pasiva que notaron tanto el árbitro como numerosos espectadores. El Liverpool falló un penalti y algunos compañeros de equipo reprobaron a Fred Pagnam cuando envió un disparo al larguero, entre otras situaciones sospechosas. 

Tras el encuentro comenzaron a aparecer boletos que confirmaban que una buena cantidad de dinero había ido destinada a unas apuestas de 7/1 para el 2-0 del Manchester United, por lo que la Football Association se vio obligada a iniciar una investigación. 
La FA encontró como principales instigadores a jugadores de ambos equipos: Sandy Turnbull, Arthur Walley y Enoch West del United, y Jackie Sheldon, Tom Miller, Bob Pursell y Thomas Fairfoul del Liverpool. Sheldon, que había pasado por el Manchester United antes de fichar por los Reds en 1913, fue declarado cabecilla de la trama. 

Billy Meredith, una de las grandes estrellas de la época que pasó por las filas del Manchester City y el Manchester United

En las diferentes declaraciones que se hicieron tomaron parte jugadores como Fred Pagnam, el autor del disparo al larguero, que no dudó en testificar contra sus compañeros, o Billy Meredith, la famosa superestrella del City, entonces en el equipo rival de la ciudad, y que ya había sido suspendido en 1906 por una intentona de soborno a un jugador del Aston Villa. Meredith alegó no tener conocimiento alguno sobre el arreglo del partido, pero si que señaló que todo empezó a parecerle sospechoso cuando sus compañeros de equipo decidieron no pasarle el balón. 

El 27 de diciembre de 2015 la FA dictó sentencia, resolviendo que los jugadores habían actuado solos, sin el apoyo de ningún directivo o cualquier otro miembro de sus respectivos equipos, por lo que no hubo ninguna deducción de puntos a Manchester United y Liverpool. Turnbull, Walley, West, Sheldon, Miller, Pursell y Fairfoul fueron declarados culpables y suspendidos de por vida.

En 1919, con la liga regresando a su actividad habitual tras el final de la guerra, la FA decidió levantar las sanciones a los jugadores que habían servido al país en el conflicto. Sandy Turnbull había muerto en la Batalla de Arras, por lo que se le reincorporó como homenaje de manera póstuma, y Thomas Fairfoul decidió dejar el fútbol. Los otros cuatro implicados continuaron con sus carreras. 
El único al que se le mantuvo la sanción, la más larga en la historia de la Football League (30 años), fue a Enoch West. De hecho, West fue el único que levantó la voz en su día contra la sentencia, proclamando su inocencia y denunciando a la FA por difamación y calumnias, pero perdió el caso. Tuvo que esperar hasta 1945 para que se le levantase la prohibición. Para entonces ya tenía 59 años.

A pesar de que los motivos de los jugadores para amañar el partido fueron puramente financieros y no tenían como objetivo la salvación del United, los dos puntos que se llevó el conjunto de Mánchester fueron suficientes para salvarlo del descenso, condenando de ese modo al Chelsea a la Second Division. No obstante, para la temporada 1919-20, la Football League decidió aumentar en dos equipos la First Division. El Chelsea y el Arsenal  pasaron el proceso de selección para llegar a primera. 

REORGANIZAR EL FÚTBOL
Con la suspensión de la Football League y la FA Cup tras la temporada 1914-15, el fútbol inglés buscó nuevas formas de mantener vivo aquel deporte mientras durase el conflicto bélico, aunque fuese de una manera no oficial.
Así, en 1915-16 surgen cuatro ligas regionales: Lancashire Section y Midland Section, divididas en un torneo principal y otro subsidiario, que a su vez estaban divididos en dos y tres divisiones (Northern y Southern la Lancashire y Northern, Southern y Midland la Midland), y London Combination y South West Combination, con una sola liga. 

Tabla de campeones de las ligas regionales y sus torneos principales y subsidiarios de 1915 a 1919

En la 1916-17 cae la South West Combination y quedan tres ligas regionales: Lancashire Section, Midland Section y la London Combination. Las dos primeras continuaron divididas en dos torneos: dos principales y dos subsidiarios, que se dividieron en cuatro grupos que se mantendrían hasta 1919. 
Las cuatro ligas regionales regresarán en la temporada 1917-18. A la Lancashire, Midland y London Combination se suma la Bristol County Combination, también organizada como liga única.
El curso de 1918-19, el último de inactividad de la Football League, Inglaterra contó con seis ligas regionales, las cuatro presentes en la anterior temporada (Lancashire, Midland, London Combination y Bristol County Combination) más dos nuevas organizadas en un único torneo: la Midland Victory League y la Northern Victory League.  

LA PERMANENCIA DE LA LONDON COMBINATION
De todas las ligas regionales que se crearon durante el parón por la Primera Guerra Mundial, solo una sobrevivió al final del conflicto.
Conocida desde 1915 como London Combination, el torneo estuvo compuesto por 12 miembros fundadores: Arsenal, Brentford, Chelsea, Clapton Orient, Croydon Common, Crystal Palace, Fulham, Millwall, Queens Park Rangers, Tottenham Hotspur, Watford y West Ham United. 

Hasta 1919, los primeros equipos fueron los que disputaron los diferentes partidos. A partir de ahí, el torneo quedó en manos de los filiales. En la temporada 1926-27 ya no tenía mucho sentido llamarla London Combination, principalmente porque aterrizaron en la competición un buen puñado de clubes de fuera de Londres: Brighton and Hove Albion, Cardiff City, Coventry City, Leicester City, Luton Town, Portsmouth, Southampton, Swansea Town y Watford, que era readmitido después de abandonar la liga en 1919 junto al Croydon Common. Aún así, se mantuvo el nombre que habían tomado en 1915.

A comienzos de la década de los 30 hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, 24 equipos conformaban la London Combination, con entradas y salidas como las del Aldershot, Bournemouth & Boscombe Athletic, Bristol City, Northampton Town, Norwich City o Swindon Town. En 1946, el torneo estaba compuesto por 32 clubes, momento en el cual el nombre cambió a Football Combination y se reorganizó en dos secciones (Section A y Section B), con los líderes de cada una jugando un play-off para dirimir el campeón. Al mismo tiempo se conformó una competición copera que se llamó Combination Cup con el objetivo de incrementar el número de partidos.

ALGUNOS APUNTES
Es prácticamente imposible hablar del fútbol durante la Primera Guerra Mundial sin entrar en la relación de los jugadores ingleses con respecto al conflicto. En el blog ya he hablado del tema, contando la historia del mítico Batallón del Fútbol (leer aquí) o referenciando los jugadores caídos durante la Gran Guerra (leer aquí). También se habló de los orígenes del Poppy Day (leer aquí), el homenaje que se les rinde bajo el nombre de Remembrance Day.

miércoles, 20 de febrero de 2019

El fútbol y el Ejército Británico: la Army FA y la Army Cup


Los soldados han disfrutado de muchos deportes a lo largo de la historia del Ejército. El ASCB (Army Sport Control Board), fundado en 1918 y con sede en  Aldershot, organiza competiciones en 53 disciplinas, realiza tours en más de 30 países y cuenta con 42 asociaciones afiliadas.

En cuanto al fútbol, el Ejército ayudó a su expansión a lo largo del Imperio, siendo uno de los deportes más populares. Una ilustración de 1878 entre el 59º Regimiento y la guarnición de Kandahar ejemplifica uno de los primeros partidos de fútbol jugados en Afganistán

 
Además, los soldados tuvieron su importancia en el desarrollo del fútbol, formando parte de los comités de la FA y ayudando al crecimiento de este deporte. 1st Surrey Rifles, Black Watch, Civil Service o Royal Artillery, fueron algunos de los equipos que gozaron de relevancia. 

EL CASO DEL ROYAL ENGINEERS
El equipo más importante relacionado con el Ejército fue sin duda el Royal Engineers. Fundado en 1863 bajo los auspicios del Coronel Sir Francis Arthur Marindin, el club representaba al Cuerpo de Ingenieros del Ejército Británico, conocidos popularmente como Zapadores (Sappers). 

 
Marindin, educado entre Eton y la Academia Militar de Woolwich, participó en la Guerra de Crimea. Fue, además, presidente de la FA de 1874 a 1890 y un reputado árbitro que pitó ocho finales de FA Cup, siete de ellas consecutivas (1884-1890). 

Si por algo fueron conocidos los Royal Engineers fue porque se les consideró pioneros en la práctica del fútbol combinativo en detrimento del individualismo que primaba  en el resto de equipos. Un estilo que fue muy destacado en la prensa tras sus encuentros con el Wanderers. 
El equipo de Marindin fue el primero en realizar un tour que les llevó por Nottingham, Sheffield y Derby en 1873, provocando que su vistoso estilo de juego calase en los lugares visitados y comenzara a desarrollarse, tomando especial relevancia en la zona de Sheffield. 

 
Su última participación en la FA Cup llegó en la temporada 1882-83, en la que cayeron 6-2 en la cuarta ronda contra el Old Carthusians, otro de los equipos con origen en la escuela, concretamente en Charterhouse, y que había levantado el título de copa en 1881. 
Para entonces, el Royal Engineers había participado en la primera final de FA Cup de la historia, el 16 de marzo de 1872, cayendo 1-0 en el Kennington Oval contra el Wanderers. En 1874 perderían otra final, aquella vez contra el Oxford University. 
Su mayor triunfo llegaría en 1875, cuando se hicieron con la copa al ganar al Old Etonians en una final que necesitó de replay (1-1 y 2-0). La de 1878 sería su última final, en la que la suerte volvió a caer del lado de los Wanderers (3-1).

En 1888, con Marindin en la presidencia de la Football Association, el auge del profesionalismo y el inicio de la Football League, se crea la Army Football Association, a la que se unió el Engineers. Los equipos que formaron la AFA se organizaron primero en batallones y, más tarde, en regimientos. 
Con base en Clayton Barracks, Aldershot, la AFA no solo organiza torneos entre clubes militares. En 1901 jugó su primer partido contra equipos civiles, el Dorset y el Surrey County. El primer equipo de la Football League en medirse a un club del Ejército fue el Tottenham en 1902. 

La competición por excelencia de la AFA es la Army FA Challenge Cup, que celebró su primera edición el 27 de marzo de 1889 y en la que salió vencedor el equipo del 2º Batallón de los Argyll & Sutherland Highlanders, un regimiento de infantería formado en 1881. 


LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y EL BATALLÓN DEL FÚTBOL
El estallido de la Primera Guerra Mundial llevó a la suspensión de la Army Cup y afectó también a la Football League, aunque se siguió jugando al fútbol en Inglaterra. La Gran Guerra impulsó el fútbol femenino y llevó a los futbolistas a las oficinas de reclutamiento. 
Al llamamiento a la lucha de Lord Kitchener, Ministro de Guerra que llegó a reclutar a más de 500.000 hombres, pronto se unieron numerosos deportistas. Con respecto a los futbolistas, el club era el que decidía si sus jugadores iban o no a la guerra. 
El número insuficiente de futbolistas profesionales alistados hizo que se acusara a los jugadores de traidores, cobardes y afeminados o se llamara a la abolición del fútbol, la anulación de contratos o a la prohibición de la entrada a los estadios a menores de 40 años. 

Inspirados por el éxito del Batallón McCrae, formado en Edimburgo en noviembre de 1914, comenzó su actividad el 17º Batallón del Regimiento de Middlesex, conocido popularmente como The Football Battalion, el Batallón del Fútbol.


El éxito de la convocatoria fue inmediato, llegando a reunir a más de 120 futbolistas en su primer mes y llevando a la formación, en junio de 1915, del 23º Batallón del Regimiento de Middlesex, que pasaría a ser llamado 2nd Football Battalion
El Batallón del Fútbol estuvo comandado por el Mayor Frank Buckley, jugador del Brighton, Birmingham o Derby County y que, tras la guerra, entrenaría a Norwich, Wolves, Notts County, Hull City y Leeds United.  

Leer: El Batallón del Fútbol

Leer: Futbolistas caídos en la Primera Guerra Mundial

Finalizada la Gran Guerra, el fútbol fue poco a poco volviendo a la normalidad. La Army Cup de 1920, ganada por el Cuerpo de Médicos del Ejército, fue vista por 15.000 espectadores y contó con la presencia de los Reyes y los Príncipes de Inglaterra. 
Ese mismo año se formó se formó el Comité de Árbitros de la Army FA y el estadio de Aldershot pasó a manos del Army Sports Control Board por £822. A las puertas de la Segunda Guerra Mundial, el panorama volvió a tornarse gris para la población británica.

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y LA LEAGUE WAR CUP
Tras la invasión de Polonia por orden de Adolf Hitler el 1 de septiembre de 1939, Neville Chamberlain declara la guerra a Alemania. El gobierno inglés prohíbe las grandes aglomeraciones de gente, haciendo hincapié en las multitudes que acudían a los eventos deportivos. 
Aunque se dio permiso a los clubes para disputar partidos amistosos, la Football League acató la norma de seguridad y detuvo la competición oficial, formándose entonces diversos campeonatos regionales con unos estadios que limitaban sus aforos (por debajo de 8.000 personas). 

Como ocurrió en la Gran Guerra, numerosos futbolistas abandonaron sus carreras para luchar en el frente. No hay cifras establecidas, pero alrededor de 780 futbolistas participaron en la contienda, buena parte de ellos del Wolverhampton, Liverpool, Huddersfield y Leicester. 
Junto a las ligas regionales y tras la suspensión de la FA Cup, se creó la League War Cup, que pese al peligro de los bombardeos de la Luftwaffe, consistió en 137 partidos (replays incluídos) y una final en Wembley ante 42.000 personas en su primera edición (1939-1940). 

Leer: La League War Cup y la London War Cup

En el frente, el fútbol continuó siendo la principal válvula de escape ante el horror de la guerra. A los partidos de las trincheras se sumaron los clubes que se formaron en los campos de prisioneros, que solían tomar nombres de equipos reales en activo.


Ya en la Gran Guerra, el fútbol entre prisioneros había servido para levantar la moral. Del campo de Ruhleben, por ejemplo, salieron Mr. Pentland, Sam Wolstenholme o Steve Bloomer, todos ellos entrenadores en España tras la liberación del campo. 

Terminado el conflicto y tras una dura posguerra, las cosas volvieron a su sitio. Regresó la FA Cup y la Football League retomó la actividad congregando a más espectadores que nunca y los torneos militares continuaron con normalidad. 
Actualmente, la Army Cup se sigue celebrando, siendo uno de los eventos relacionados con el fútbol de siempre junto con los torneos amateurs. El último campeón fue el equipo del 1er Batallón del Regimiento de Yorkshire. 
Aunque la mayoría de equipos con lazos con el  Ejército desaparecieron en la Inglaterra Victoriana, el Royal Engineers sigue en activo como un equipo de veteranos que, por norma general, se dedican a partidos de exhibición. 

*Foto de portada: equipo del 4º Batallón del Regimiento de Middlesex en la semifinal de la Army Cup de 1912.

martes, 6 de noviembre de 2018

Futbolistas caídos en la Primera Guerra Mundial


Reino Unido, que formó parte de la llamada Triple Entente, declaró la guerra a Alemania el 4 de agosto de 1914, entrando de lleno en un conflicto que se llevaría por delante las vidas de más de nueve millones de combatientes y siete millones de civiles. 

Las bajas no pararon de sucederse tras la primera campaña de reclutamiento lanzada por Lord Kitchener, ministro de guerra, que llegó a reunir a más de 500.000 hombres preparados para la guerra. A los voluntarios no tardaron en unirse deportistas de numerosas disciplinas y, progresivamente tras una agria polémica, un buen número de futbolistas. De esta manera se conformó el denominado Batallón de los Futbolistas o Batallón del Fútbol, aunque muchos de los jugadores se alistaron para combatir desde otros muchos regimientos. 

La amplia lista que sigue incluye exclusivamente a futbolistas que jugaron en Inglaterra y está apoyada en registros oficiales. Es decir, aparecen todos aquellos jugadores que fueron oficialmente dados por muertos y enterrados, los clubes para los que jugaron, la fecha de su muerte y las secciones en las que sirvieron, de las que se incluye una breve reseña para saber exactamente la función que tenían en la guerra. 


Evidentemente, una de las secciones más notorias fue el Regimiento de Middlesex, línea de infantería de la Armada Británica fundada en 1881 y que estuvo en activo hasta 1966. Los Batallones 1º, 2º, 3º y 4º tuvieron mucha importancia en el Frente Occidental y son muy conocidos sus Batallones 17º y 23º, integrados principalmente por futbolistas.
Junto al de Middlesex también encontramos el Regimiento de Staffordshire (infantería), dividido en norte y sur, Mánchester (infantería), que participó en la Batalla del Somme, Wiltshire (infantería), que sirvió en las dos grandes guerras, Leicestershire (infantería), organizado en torno a 1688, Essex (infantería), también activo durante la Segunda Guerra Mundial, y varios Regimientos fronterizos.
La línea de infantería más antigua, organizada en 1658, fue el Regimiento de Liverpool, conocido como el Regimiento del Rey.  
También en infantería se encuentran las siglas HLI, que hacen referencia a la Highland Light Infantry, la línea de infantería ligera de la Armada Británica formada en 1881 y que combatió en Festubert, Neuve Chapelle o la Batalla de Ypres.


Entre los batallones de fusileros, enmarcados en los Royal Fusiliers, activos al menos desde 1685, cabe destacar a los Fusileros de Northumberland. Creados originalmente en 1674 bajo el nombre de 5º Regimiento de Línea, participaron en las dos guerras mundiales y se fusionaron en la década de los 60 con otros regimiento de fusileros como los de Lancashire o Warwickshire para formar el actual Regimiento Real de Fusileros.

Otro de los cuerpos importantes de infantería fue el de los Black Watch, el tercer batallón del Regimiento Real de Escocia, formado en 1881 y que participó en la defensa de Givenchy y en la segunda ofensiva del Somme. 

 
En cuanto a artillería, aparecen las siglas RFA y RGA, que hacen referencia a dos secciones específicas de la Royal Artillery, conocida comúnmente como The Gunners
La RFA sería la Royal Field Artillery, creada en 1899 y cuyo objetivo era el de proveer de artillería a la sección de infantería. La RGA es la Royal Garrison Artillery, creada también en 1899 y que suponía la rama técnica de la Artillería Real, que además de llevar entre manos la profesionalización de muchos tipos de armas durante la Primera Guerra Mundial, se encargaba de las baterías fijas de ametralladoras, la artillería antibuques y otro tipo de armas destinadas a defender las fortificaciones costeras. 


Otra de las siglas que aparece es la de RASC, que se refiere a la Royal Army Service Corps, el cuerpo del ejército británico dedicado al transporte terrestre, costero, las entregas aéreas o la administración de barracones, así como la provisión de materiales que iban de equipamiento militar a gasolina, comida o ropa. 


Para el final he dejado al importantísimo Cuerpo de Ingenieros, los Royal Engineers, a los que habitualmente se hace referencia como Ingenieros Reales o Zapadores. Encargados de proporcionar ingeniería militar y cualquier tipo de apoyo técnico al ejército británico, el cuerpo, compuesto por 15 regimientos, lleva en activo desde 1716. 
Además de su faceta militar, el equipo de fútbol de los Royal Engineers, fundado en 1863 por el Mayor Francis Marindin, fue uno de los pioneros del llamado combination game y participó en la primera edición de la FA Cup en marzo de 1872, torneo que ganaron en 1875 tras tumbar al Old Etonians en el replay.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Las amapolas de los campos de Flandes


Es en estos días de noviembre cuando vemos aparecer en las solapas de la chaquetas británicas unos broches de color rojo en forma de flor. La denominada Poppy Appeal, una flor de papel que simula ser una amapola, convertida desde la década de los años 20 en todo un símbolo del Imperio. Inglaterra y sus tradiciones. Inglaterra y el honor a los muertos.

Anualmente, cada 11 de noviembre, el Reino Unido celebra el Remembrance Day (Día del Recuerdo o Día del Armisticio), popularmente conocido como Poppy Day. Es entonces cuando millones de flores de papel de color rojo se reparten por las calles de Gran Bretaña para conmemorar las 11:00 horas del día 11 del 11º mes de 1918, momento en el que entraba en vigor el armisticio que ponía fin a la Gran Guerra, una masacre que terminó con la vida de más de 10 millones de personas.
La tradición marca que los hombres deberán colocársela en el lado izquiedo del pecho (lugar donde se ponían las medallas) y las mujeres en el derecho. 


El Poppy Day se celebra el 11 de noviembre, día en el que entró en vigor el armisticio que ponía fin a la Gran Guerra y tiene su origen en un poema de un médico canadiense que combatió en Ypres
___
 

Establecido como tradición por el rey Jorge V en 1919, el origen de este símbolo nos lleva a unos versos de John McCrae, teniente coronel médico que se vio obligado a luchar en el frente en la batalla de Ypres, una de las ofensivas más sangrientas de la Primera Guerra Mundial que se llevó la vida de 850.000 personas, 325.000 de ellas soldados británicos.
A McCrae le afectó sobremanera la muerte de su amigo, el teniente Alexis Helmer, en la batalla de 1915, escribiendo entonces In Flanders Fields, uno de los poemas más populares de la guerra:
               In Flander fields
               the poppies blow between the crosses
               row on row,
               that mark our place;
               and in the sky the larks,
               still bravely singing,
               fly scarce heard amid
               the guns below.

El poema de McCrae llevó a Moina Michael, humanista y profesora en la Universidad de Georgia, a escribir el poema We Shall Keep the Faith y a empezar a portar una amapola roja en el aniversario. Aquel gesto pronto evolucionó al reparto de amapolas de papel a cambio de donativos para diversas instituciones. Desde entonces, todos los estados de la sociedad británica no faltan a su cita con las amapolas, siguiendo una tradición de la que no se libra ni la mismísima Isabel II. Tampoco el fútbol, teniendo en cuenta que muchos equipos sufrieron bajas durante la Primera Guerra Mundial. 

REBELIÓN CONTRA LOS SÍMBOLOS
Donde hay una tradición por regla general siempre hay alguien dispuesto a cuestionarla o a saltársela, inmerso en eso que denominamos principios.
El White Poppy, nacido en oposición al rojo predominante, surge como una clara propuesta contra un armisticio que, aún poniendo fin a la Gran Guerra, no dejaba lo suficientemente claras las condiciones para evitar un nuevo enfrentamiento.

Las flores blancas fueron vendidas por primera vez en 1933 por la Cooperativa de Mujeres, tomando parte en su distribución un año después la PPU (Peace Pledge Union), una organización pacifista no gubernamental.
Ya en 1926, el movimiento No More War había promovido la idea de añadir el lema "No más guerra" en las flores rojas, petición que fue rechazada y que llevó a que la asociación distribuyese sus propias flores. Fueron tildados de anti patriotas e incluso llegaron a perder sus puestos de trabajo por llevarlas. 


El White Poppy nace como propuesta contra un armisticio cuyas condiciones no aseguraban que no fuese a producirse una nueva guerra
___
 

Pero si hay una historia de rebelión contra un símbolo que ha trascendido en los últimos años es la del jugador James McClean.
Nacido en Creggan, un barrio a las afueras de Derry, McClean ya se había visto inmerso en el centro de la polémica al compartir sus gustos musicales vía twitter. Concretamente la canción The Broad Black Brimmer, del grupo folk nacionalista The Wolfe Tones, que narra la historia de un niño cuyo padre muere luchando a favor de la causa del IRA.

En 2013, James McClean, entonces en el Wigan Athletic, se  negó a lucir la amapola en su camiseta. No era la primera vez. El 10 de noviembre de 2012 rechazó jugar con la flor pegada al pecho cuando lucía los colores del Sunderland, que se enfrentaba aquel día al Everton. Al terminar el partido, subastó su camiseta para recaudar fondos para los enfermos de cáncer de un hospital de Dublín.
El jugador aseguró que nunca portaría la amapola.

McClean durante el partido con el Wigan en el que no lució la amapola en su camiseta




McClean comenzó a recibir numerosas críticas de la sociedad británica y de seguidores unionistas. También amenazas de muerte. El periódico republicano An Phoblacht, próximo al Sinn Féin, recibió llamadas a su redacción deseando la muerte a tiros del futbolista.

El jugador norirlandés creció en el seno de una comunidad católica, escenario de numerosos y violentos conflictos durante las décadas de los 60 y 70. De entre todos los Troubles (nombre que recibe el conflicto en Irlanda del Norte), uno fue el que marcó especialmente a los habitantes del lugar. 

Unos disturbios entre habitantes del barrio católico y la policía del Úlster terminaron con la proclamación del Costless Derry, una especie de área autónoma bajo el mando de nacionalistas irlandeses. El caos definitivo en el barrio llegaría ya en 1971 con la imposición del denominado Internment, la ley que permitía el encarcelamiento sin juicio de los sospechosos de pertenecer al IRA y que daría lugar a historias como la narrada por Jim Sheridan en la película En el nombre del padre, basada en los casos reales de los Cuatro de Guildford y los Siete de Maguire.

Debido a que la situación se había agravado, la Asociación por los derechos civiles de Irlanda del Norte (NICRA), convocó una manifestación pacífica contra el Internment, llegando a un acuerdo con el IRA para que cesara todo tipo de actividades durante el día de la celebración de la marcha. Pero nada salió como se esperaba.
Una sección del regimiento de paracaidistas del Ejército británico era enviada a Costless Derry para convertirse en protagonista de un suceso nefasto. La algazara de un grupo de jóvenes llevó a la intervención militar y, progresivamente, lo que se intentó calmar con agua y bolas de goma, terminó en una matanza cuando los soldados apuntaron con armas de fuego hacia los manifestantes. Alegarían después que se vieron atacados por francotiradores situados en los tejados de la barriada.
Catorce personas fallecían en las calles de Derry aquel día, en un jornada que pasó a la historia como el Domingo Sangriento, aquel al que diez años más tarde cantaban U2 en Sunday Bloody Sunday


Catorce personas fallecieron en el denominado Domingo Sangriento de 1972, uno de los días más negros de la historia reciente de Irlanda
___
 

Como tantos otros, James McClean no vivió el suceso en sus propias carnes, pero mantiene en la memoria las historias sobre uno de los días más negros de la historia de Irlanda, lo que a la larga le hizo tomar conciencia y rechazar colgarse la amapola en el pecho. 
Para un chaval como McClean no es lógico ni moral mostrar respeto y honor al mismo Ejército Britanico que aniquiló a sus vecinos aquel Domingo Sangriento. Así lo explicaba en una carta remitida a los aficionados y a David Whelan, presidente del Wigan: "Para la gente del norte de Irlanda como yo, y sobre todo para los de Derry, la escena de la masacre del Domingo Sangriento de 1972 está también relacionada con el símbolo de la amapola y tiene un significado muy diferente [...]. cuando uno proviene de Creggan o de la mayoría de los lugares de Derry, todas las personas viven a la sombra de uno de los días más oscuros de Irlanda [...]. Para mí llevar la amapola sería más una falta de respeto para la gente inocente que perdió su vida".

Hoy, el Poppy Day sigue siendo una cita ineludible dentro del calendario británico y su uso se ha hecho extensible. De recordar aquel día del armisticio, a rendir homenaje a todos los soldados caídos en otros conflictos desde 1945. 
Esas curiosas amapolas rojas han terminado por convertirse en una imposición, en una cuestión de Estado. Un modus operandi tradicional con el homenaje por bandera que no admite contestaciones. "Estoy muy orgulloso de mis raíces", declaró McClean. "En la vida debes defender aquello en lo que crees". 
Las vemos en estos días de noviembre. Esas flores rojas de papel colgadas del pecho fueron una vez reales en los campos de Flandes y fueron testigo de la crueldad humana. 

miércoles, 31 de octubre de 2018

El Batallón del Fútbol


La Primera Guerra Mundial se llevó por delante la vida de más de nueve millones de combatientes y siete millones de civiles. La fuerza devastadora de un conflicto en el que ya entraron en juego los avances tecnológicos e industriales de los contendientes recibió la denominación de Gran Guerra y trajo consigo, tras la firma del Tratado de Versalles, numerosos cambios políticos inéditos hasta la fecha. Entre ellos, el auge del nazismo.

Reino Unido, que formó parte de la llamada Triple Entente junto a Francia, Serbia, Bélgica y el imperio ruso, declaró la guerra a Alemania el 4 de agosto de 1914. A partir de entonces, la sociedad británica sufriría una serie de cambios insalvables al verse envuelta en el conflicto.

En el ámbito deportivo, las ligas nacionales de cricket y rugby se suspendieron nada más estallar la guerra, el 28 de julio de 1914, mientras que la Football League siguió su curso durante la totalidad de la temporada 1914/1915. Aunque en muchas ocasiones nos encontramos con la máxima de que Inglaterra suspendió su actividad futbolística durante el tiempo de entreguerra, no es cierto. O, al menos, no del todo cierto.

La temporada 1914/15, el Everton salió campeón de la First Division con 46 puntos, uno más que el Oldham Athletic. El Tottenham, con 28 puntos y solo ocho victorias en 38 encuentros, quedó último en la tabla. A partir de entonces, la Football League suspendió la actividad profesional, pero permitió que se formaran torneos locales y regionales. La FA Cup, que vio salir vencedor al Sheffield United tras ganar tres a cero al Chelsea, corrió la misma suerte y no volvería a celebrarse hasta 1919.

A partir de 1915, los equipos se aglutinaron en diferentes campeonatos. De este modo, en la temporada 1915/16, encontramos cuatro ligas regionales. Cada liga se dividía en un torneo principal y otro subsidiario, a excepción de la South-Western Combination (Portsmouth, Southampton, Cardiff, Bristol Rovers o Swindon Town). Las secciones de Lancashire y Midland, se dividían en un buen puñado de divisiones regionales, quedando únicamente la London Combination como una liga única. Por ejemplo, Manchester City saldría campeón de la Lancashire Regional, siendo campeón el Burnley de la división norte. El Chelsea ganaría la London Combination, mientras que el Portsmouth se haría con el torneo de la South-Western Combination.

Pero más allá de la organización o no de campeonatos que pudiesen hacer frente al parón del fútbol profesional, Inglaterra tenía otra serie de problemas de carácter más urgente.

El 7 de agosto de 1914, Lord Kitchener, ministro de guerra, comenzó su campaña de reclutamiento dirigida a los hombres con edades comprendidas entre los 19 y los 30 años, llegando en un primer momento a los más de 20.000 alistamientos diarios. Tres semanas después, Kitchener subió la edad máxima a 35 años y hacia mediados de septiembre había logrado reclutar a más de 500.000 hombres. A los voluntarios pronto se unieron numerosos deportistas, y no fueron pocas las voces que se alzaron para pedir que los futbolistas hiciesen los propio por la causa que otros profesionales ya habían secundado. Para entonces, era el club el que decidía si sus jugadores iban o no a la guerra.

Aunque fueron muchos los futbolistas profesionales que se alistaron, no parecían ser suficientes y pronto se empezó a utilizar el apelativo de traidores para aquellos que no pasaban a engordar las filas del Ejército Británico. Comenzaron a verterse numerosas críticas y muchas voces autorizadas expusieron sus opiniones sobre la situación. Por ejemplo, el filántropo Frederick Nicholas Charrington acusó a los jugadores del West Ham de cobardes y afeminados por cobrar por jugar al fútbol mientras otros luchaban en el frente. Del mismo modo, el famoso Charles Fry llamó a la abolición del fútbol, a la anulación de todos los contratos de los jugadores profesionales y a que se prohibiera la entrada a los partidos a todos los menores de 40 años.

Mientras la sociedad británica miraba con atención lo que ocurría con los futbolistas profesionales, una problemática a la que llegaron a inmiscuirse relevantes figuras del clero, Lord Kitchener se veía obligado a realizar una nueva campaña de reclutamiento. Las bajas hacia noviembre de 1914 ya eran numerosas y era necesario reemplazar a los voluntarios aniquilados en las primeras batallas de la contienda.
Para entonces, mientras la guerra seguía su curso, las mujeres se veían obligadas a ocupar los puestos de los hombres que marchaban al frente. Aquello favoreció el impulso del fútbol femenino, que vio crecer a alguno de sus equipos históricos más relevantes como las Dick Kerr’s Ladies en Preston. 

En noviembre de 1914 se había conformado en Edimburgo el Batallón McCrae, el primero de los escuadrones que sería conocido como Batallón del Fútbol o Batallón de los Futbolistas. En aquella compañía tomaron parte 16 jugadores del Heart of Midlothian junto con 500 de sus aficionados, a los que se fueron sumando jugadores y seguidores del Hibernian -unos 150 en total-, siete muchachos de la plantilla del Raith Rovers y numerosos profesionales que militaban en el Falkirk, East Fife o Dunfermline. Pronto se sumaron al Batallón jugadores de rugby, atletas y profesionales de otras disciplinas deportivas. 

Inspirados por el éxito de la compañía de Edimburgo, en diciembre de 1914 comenzó la actividad del 17º Batallón del Regimiento de Middlesex, que pasaría a ser conocido como The Football Battalion. El éxito de la convocatoria llevó a la formación, ya en junio de 1915, del 23º Batallón del Regimiento de Middlesex, al que se llamaría 2nd Football Battalion.


Bajo la comandancia de Frank Buckley, que jugaba en el Bradford City antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, en febrero de 1914 el Batallón ya contaba con más de 120 futbolistas alistados. Entre ellos se encontraba la totalidad de la plantilla del Clapton Orient (hoy Leyton Orient) y numerosos jugadores del Chelsea, Manchester City, Queens Park Rangers o Newcastle. Con el paso de los meses, otros profesionales del fútbol como dirigentes o árbitros engordaron el Batallón, hasta que el llamamiento caló en los aficionados, que lucharon codo con codo junto a sus estrellas en la trinchera.

Aunque las críticas hacia los jugadores parecían acallarse, no fueron pocos los profesionales marcados por la sociedad británica y que vivirían para siempre con el estigma de haber sido señalados como traidores a la patria. Fue el caso de Jimmy Hogan, que alcanzó el éxito como jugador en el Fulham llegando a la semifinal de la FA Cup en 1908 y que, para el inicio de la Primera Guerra Mundial, se marchó a entrenar al extranjero.
 
Mientras en el nordeste de Francia se libraba la Batalla de Verdún, al norte las fuerzas británicas y francesas intentaron romper las líneas alemanas a lo largo de un frente de unos cuarenta kilómetros al norte y al sur del río Somme. El Ejército Británico sufrió 57.470 bajas solo en el primer día del ataque.
El Batallón del Fútbol se vería seriamente dañado en la Batalla del Somme. La mayoría de sus muchachos perderían la vida en los combates de Delville Wood y Guillemont. En total, el famoso Batallón vería morir a más de 1.000 hombres. El río sería la tumba de un buen puñado de profesionales. Ya en 1917, en la Batalla de Arras, el Batallón llegaría a perder a más de 450 hombres en un solo combate. Los que no murieron, quedaron gravemente heridos o fueron hechos prisioneros de guerra.

Hoy en día, pueden verse algunos monumentos en honor al Batallón del Fútbol como el que se encuentra en Longueval. Muchos equipos sufrieron severas bajas, como fue el caso del Clapton Orient o el Bradford City. Otros, llegaron a sentirse orgullosos de haber contado en sus filas con auténticos héroes de guerra. Entre algunos de los ilustres condecorados se encontraban Jimmy Speirs (Leeds), Tim Coleman (Everton, Sunderland y Fulham), Donald Simpson (Newcastle), Lyndon Sandoe (Cardiff) o William Baker (Plymouth). Muchos de los futbolistas llegaron a hacer carrera militar como fue el caso de Frank Buckley, Alan Haig-Brown (Tottenham y Clapton Orient), comandante en jefe del 23º Batallón o Walter Tull (Northampton Town), condecorado con la Cruz Militar y que fue el primer oficial de raza negra en la historia del Ejército Británico.