miércoles, 17 de julio de 2019

La evolución histórica del escudo del Brentford


El Brentford rediseñó recientemente su escudo y para saber qué pinta una abeja en todo esto hay que remontarse al año de 1893, momento en el que queda adjudicado su apodo (Bees).
En 1893 llega al equipo Joe Gettins, procedente del Borough Road College. Sus compañeros de escuela, para animarlo en los partidos, cantaban el grito de guerra del colegio, Back Up B's, que la prensa entendió como Back Up Bees (abejas).
Es en 1893 cuando en unas antiguas fotos del equipo puede distinguirse un escudo con unas iniciales y unas franjas que se dieron como una representación del río Támesis. Fue uno de sus primeros emblemas.


El Brentford es suspendido poco después de entrar en la Southern League (1898) por romper la normativa amateur, por lo que se decide a abrazar el profesionalismo.
Asentado como equipo profesional, en 1909 recibe un generoso donativo de un viejo aficionado: unas equipaciones inspiradas en el Manchester United que lucirán como emblema el escudo de armas del condado de Middlesex.


El emblema de Middlesex se mantendrá hasta que en la temporada 1938-39 el club adopte su equipación de rayas rojas y blancas y tome prestado el escudo de armas de Brentford & Chiswick.


Sería en los 70, con la explosión de todo tipo de diseños, cuando el club abrió un concurso para elegir nuevo escudo. Ganó el presentado por B.G. Spencer, que se retiró una temporada después cuando se puntualizó que el año de fundación era incorrecto (1889 y no 1888).


Solventado el problema cronológico, un nuevo escudo aparece en 1976. Aunque ya se había aceptado la abeja como símbolo, el nuevo emblema sería mucho más simple y sobrio.


No sería hasta 1989 cuando volvió a aparecer la abeja, esta vez en plan dibujo animado y con motivo del centenario. Tenía su gracia, pero fue retirado una temporada después.


Un nuevo escudo, diseñado por el aficionado Andrew Henning, haría acto de aparición en 1994. Mezclaría a las abejas con el emblema del condado de Middlesex y los míticos colores del equipo.


Ese diseño (con alguna variación como la introducida por el aniversario del primer partido en Griffin Park) se mantendría hasta 2016. Llegaba el nuevo escudo, moderno y simple, que se aferraba al énfasis de la identidad del club con el apodo de Bees

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