miércoles, 14 de agosto de 2019

Di Jones: el futbolista que murió por el tétanos


La enfermedad del tétanos fue una seria amenaza para los jugadores de fútbol, concentrándose un buen número de casos entre los primeros años de la década de 1900. 
Médicamente, el tétanos es una enfermedad provocada por las neurotoxinas producidas por una bacteria llamada clostridium tetani, un bacilo productor de esporas que suelen encontrarse en el suelo, en las heces o en metales en proceso de oxidación y que se introduce en el cuerpo a través de heridas abiertas por contacto con tierra o por cortes y penetración de algún objeto oxidado. 

Teniendo en cuenta las condiciones higiénicas de la época en la que nos encontramos (y que la vacunación específica contra la enfermedad se utilizó por primera vez en 1930), el campo de fútbol era el lugar perfecto para contraerla y los jugadores un grupo de riesgo evidente.

ALGUNAS VÍCTIMAS ILUSTRES
En el cementerio de Woodside, en Paisley, se encuentra una estatua dedicada a James Dunlop, jugador escocés de finales de 1800 que militó en el St. Mirren. El día de Año Nuevo de 1892, en el transcurso de un partido, Dunlop sufrió un corte en una rodilla con una botella que un espectador había lanzado al campo. Murió 10 días después con 21 años. 

Joe Powell, del Arsenal, en 1898
Junto a Dunlop encontramos a Joe Powell, jugador del Arsenal, quien en el transcurso de un partido contra el Kettering en 1896 se infectó tras una fractura en la muñeca y murió cinco días después a pesar de que se le amputó el brazo para intentar salvar su vida.  
Tres años después, Baker, futbolista del Reading, fallecía tras una rotura de tobillo y, ya en 1923, Tom Butler, del Port Vale, moría por la infección tras romperse el brazo en un encuentro contra el Clapton Orient. 
En 1929, Harry Cunningham, defensa del Orient, fallecía tras una fractura en el dedo gordo del pie, en una etapa en la que ya se habían documentado numerosos casos de jugadores fallecidos por el tétanos debido a la más mínima herida, muchos de ellos localizados en el amplio mundo del fútbol inglés amateur. Una vez infectados, la mayoría no aguantaba más de una semana.

LA FATALIDAD DE DI JONES
El galés David Jones, más conocido como Di Jones, comenzó su carrera futbolística en el Oswestry y en el Chirk. Llegó a Inglaterra para jugar en el Newton Heath, el equipo que se convertiría más tarde en el Manchester United, aunque sería en el Bolton donde alcanzaría cierta relevancia. Tras jugar 228 partidos con los Wanderers, donde llegó a ser capitán en la final de FA Cup de 1894, el defensa recaló en el Manchester City, que pagó 28 libras en 1898 y donde ya jugaba su antiguo compañero en el Chirk Billy Meredith.

Cuatro años después de su llegada a los Citizens, el 17 de agosto de 1902, Di Jones sufrió un corte en su rodilla en un partido de pretemporada causado, según el jugador, por un cristal que había en el terreno de juego.
La herida se le trató en el campo, que abandonó por su propio pie pese a las recomendaciones de hacerlo en camilla. Una vez fuera, una ambulancia lo condujo al hospital, donde se le terminó de curar y se le mandó a casa.

Ya en su domicilio, la herida comenzó a supurar y a soltar pus, por lo que los médicos tuvieron que acudir a atenderle. Cuatro días después de aquello Di Jones apenas si podía comer y había que anestesiarlo con cloroformo. Diez días después, murió.

En la investigación forense que se llevó a cabo se dictaminó que se había seguido el protocolo correcto y que el tratamiento al jugador en el campo fue el adecuado. Se afirmó también que si Di Jones había sufrido alguna complicación en su herida después de que se le tratara, esta había tenido lugar en su trayecto a la ambulancia, que el jugador había realizado a pie y no en camilla. Aunque muchos de los miembros del jurado que investigó el caso no quedaron conformes, se acabó exonerando al Manchester City y la muerte de Di Jones fue declarada y archivada como un accidente

Unos meses después de la trágica muerte del defensa llegaron al campo del Manchester City nuevas pomadas y ungüentos producidos por una tienda de la que era co-propietario Billy Meredith, amigo de Di Jones desde los años en el Chirk. El popular delantero pensó que tras el fallecimiento de su compañero era un buen momento para enseñar al resto del equipo a limpiar convenientemente sus heridas. 

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