martes, 17 de marzo de 2020

La evolución histórica del escudo del Leeds United


El Leeds United surge de las cenizas del Leeds City, equipo al que en 1912 llegó como entrenador Herbert Chapman y que rompió las reglas de la FA al descubrirse que realizaba pagos a jugadores en el período de entreguerras.
Creado el nuevo equipo, adopta en su equipación los colores azul y amarillo del Leeds City, con el que también compartirá emblema: el escudo de armas de la ciudad que lucirá desde 1934 a 1961.


Dos búhos tomados del escudo de armas de Sir John Saville (primer concejal de Leeds) y tres estrellas prestadas del escudo de armas de Sir Thomas Danby (primer alcalde de la ciudad) reinan en el emblema, donde la importancia de la lana en la economía está representada por un carnero.

Es en los 60 cuando aparece Don Revie. Y aunque se le tiene como principal impulsor del blanco impoluto que reinó en la equipación del Leeds, lo cierto es que el club ya eligió ese color bajo el mando de Jack Taylor (septiembre de 1960). Revie lo llevó a otro nivel.
Don convirtió al Leeds en un equipo ganador y lo condujo a través de sus años de gloria. Instituído el blanco, el viejo escudo de armas se convierte en 1964 en un búho que lucirán los jugadores en el pecho.


El último escudo que luciría el Leeds bajo el mandato de Revie sería el de las iniciales en cascada. Vendrían después los 44 días de Brian Clough y la etapa del recientemente fallecido Jimmy Armfield. 


Es durante los años de Armfield (1974-1978) cuando aparece un escudo rompedor que se denominó "smiley" (por su semejanza con una sonrisa). Primero amarillo sobre azul (1973), después los colores invertidos (1976) y más tarde dentro de un círculo con el nombre del club (1977).




En los 80, el Leeds vuelve por la senda del rediseño introduciendo el pavo real en 1980 (Peacocks fue uno de los antiguos apodos del equipo) y la rosa blanca de York en 1984, cuyo blanco en el simbolismo cristiano se interpreta como luz, inocencia, pureza y gloria.  



A finales de la década de los 90, el club decide volver a rediseñar su escudo, centrándose en encontrar un estilo más europeo acorde con su búsqueda de éxito en competiciones de gran calado internacional. Es cuando aparece el emblema que todos conocemos.


Y llegamos a la madre de la discordia. Para su centenario, el club pensó que sería buena idea un lavado de imagen. Seis meses de búsqueda y 10.000 encuestados dieron pie al nuevo escudo. El club tuvo que comunicar que reabriría el proceso para elegir el emblema y reinstaurar el anterior escudo.

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